Episodios inconexos!

Había ido al aeropuerto Tenerife-Norte. No recuerdo a dónde iba. Y me puse a esperar como en todo aeropuerto. Entonces le vi. Sentado en un asiento de esos de hileras, solo. Lo mire, aún sorprendida, me acerque a él. Le pregunte si era Saramago; me dijo que si. Le pedí un autógrafo. Me lo dio. Y escribió algunas líneas más. Estuvimos hablando una media hora. Oímos una llamada por los altavoces. Nos despedimos con un apretón de manos y una sonrisa. Aún conservo ese autógrafo, y recuerdo esa memorable media hora de conversación.

Pensé en la familia Savages, esa fabulosa película con dos imponentes actores (ella y el). Adoro a esos personajes. Son terriblemente humanos, están increíblemente estropeados y totalmente jodidos. Dos personas incompatibles, dañadas y que se encuentran en una especie de desarrollo suspendido. Y se reencuentran, a pesar de la carrera de obstáculos de esta vida.

La tierra rota cada vez más aceleradamente, y su inclinación es cada vez mayor. Y se acerca más al Sol. Y la luna se aleja.

Ay, dónde estarán mis flores, banderas del alma, fragancias del aire, alegría para los ojos!

Son episodios inconexos, ¡o no!

Se ve el perfil de un gran Lobo.
Título: «Lobo»

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