es un buen gato. Era salvaje, luego empezó a venir por la casa. Y se quedo. Después perdió su hermoso jardín, y ya no pudo trepar a los árboles. Ha estado conmigo de aquí para allá; él también ha sido un afectado del volcán. Se ha hecho viejo y está enfermo, al igual que yo. Sigue despertándome cuando tiembla la tierra, aunque con el ruido que hay, yo ya no escucho, aunque él sí. Hace tres años, estabamos en vela; seguimos acompañándonos, con nuestras medicaciones. Es un regalo de la Tierra. He aprendido mucho de él. A veces me gustaría volverlo a ver trepar por los árboles! Es un lindo gatito! Miau! Y sigue teniendo el síndrome volador! Ay, como vuela el tiempo!
por mi gatito!